1. Método mental:

el método de las acciones físicas respondía a una concepción de la emocionalidad asociada al contacto tangible con los objetos. Pero el estado derivado de esa relación material está cambiando, ya que la tecnología permite un vínculo diferente con los elementos y un modo de accionar más mental, inmediato y sintético. Esa modificación implica la aparición de emociones nuevas y una mayor relevancia de lo intelectual a la hora de actuar.


2. El Procesador:

el primer cambio histórico en la concepción del actor es la superación de la declamación, del decir, y el paso a la acción, al hacer. A eso, en la actualidad habría que sumar las mudanzas en el modo de accionar y la importancia de lo mental. Así, aparece la figura del Procesador, que traduce, en escena, el pensamiento del director mediante el uso de dispositivos electrónicos.


3. La literatura dramática:

los autores de literatura dramática suelen diseñar personajes que, antes de escenificarse, aparecen incompletos. En esos casos, el actor, guiado por el director, debe adentrarse en ese molde inacabado de la mejor manera posible para encarnarlos con las particularidades de su cuerpo y expresión.
En cambio, en el nuevo paradigma, los autores diseñan personajes herméticos, como figuras de escayola cerradas. Por ese motivo, la única forma que el actor-Procesador tiene de filtrarse en su interior para darles vida es mediante el pensamiento.